Mientras el primo de Luisa Durán conoce la privación de libertad en Capuchinos, me quedo pensando en otra de las noticias del día. La Corte Suprema revocó el fallo de la Corte de Apelaciones y confirmó el injusto toque de queda a la vida nocturna en Las Condes. Ahora los bares tendrán que cerrar a la 1:30 am en días de semana y a las 2:30 am los viernes y sábado.
Como ex-locataria del mítico Moby Dick en Valdivia, como carretóloga pero particularmente como ciudadana, creo que esta restricción es inaceptable. Sistemáticamente, parlamentarios y alcaldes restringen las libertades de las personas y ya parece que a nadie le importa. Personalmente, creo firmemente en el derechos de las personas a salir, a entretenerse y decidir por sí mismas la hora más prudente para volver a sus casas. Por otra parte, limitando la vida nocturna se pierden numerosos empleos lo que perjudica principalmente a l@s jóvenes que trabajan en los bares y pubs.
Ojo que ése es el estilo UDI, siempre fiel a su génesis dictatorial, mientras oferta que ahora nos toca a nosotros, sus senadores, diputados y alcaldes van recortando poco a poco los únicos espacios que nos van quedando para encontrarnos con otr@s.
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