miércoles, 27 de julio de 2005

De guitarras y cancioneros


Estoy feliz. Hoy ha sido uno de esos días en que te das un placer personal y haces algo que no hacías hace años. Hoy compré una guitarra. Es un modelo sencillo en verdad, pero ya me ha tenido tocando por más de tres horas. Y como no tocaba hace años, creo que me duele un poco la muñeca, pero no es nada.

La primera guitarra que toqué era la que siempre estuvo en mi casa. Mi padre de vez en cuando tocaba los clásicos de Leonardo Favio, Nino Bravo y Los Iracundos que mi hermana y yo, siendo muy pequeñas, solíamos corear desafinadamente. Pero pasaron años sin que a mi me interesa tocar... me imagino que tuvo que tocarme vivir un quiebre musical y generacional -el llamado "grunge"- para que la vieja guitarra me llamara la atención. Entonces, a los catorce, tomé todos los cancioneros Rock Clásico que encontré y me propuse aprender.

A los quince ya cantábamos los siempre recurrentes clásicos de fogata de Sui Generis y Silvio, mezclados con un poco de Nirvana, Pearl Jam y Stone Temple Pilots. Bueno, cantábamos de todo en verdad, y todo gracias a esas artesanales revistas de acordes, que estoy segura todos recordamos (y a veces seguimos ocupando).

Aunque no encontré mucha información sobre Rock Clásico, sí encontré un interesante artículo del rock en Chile en los ochenta: "La Voz en los Ochenta: Nuevos Estilos al Baile" en la revista Pensamiento Crítico... después que lo lea, creo que volveré a tocar.

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