LONDRES

Hace casi una semana estábamos hablando del LIVE 8, del G8 y de la pobreza mundial, de cómo las personas alrededor del mundo se estaban movilizando para hacerle saber al G8 que DEBIAN hacer algo sobre temas tan críticos como la muerte por hambre y VIH/SIDA en África y por el calentamiento global. Entonces, seguimos atentos los conciertos simultáneos del pasado 2 de julio, especialmente el de Londres, en donde se
re-unió Pink Floyd en vista de la magnitud de la ocasión.

Ayer, desperté en la mañana con la noticia de que Londres era la elegida para ser la sede de los Juegos Olímpicos del 2012, y ví por la televisión las calles de la ciudad, llenas de felices londinenses, agitando banderitas, celebrando la decisión.

Hoy desperté de nuevo con Londres en la televisión, peroe esta vez bañada en sangre. A esta hora se cuentan más de 37 muertos, y ya se habla de más de 700 heridos. No tengo muchas palabras. Sólo pensar que este atentado contribuye a que vivamos en un mundo en que el riesgo de ataques preventivos por parte del Sr. Bush y sus aliados será mayor, en que acciones como ésta aumentan las posibilidades de restricciones a las libertades de las personas en los países afectados, y en que la posibilidad de protestar ciudadanamente -como estaba ocurriendo en Escocia- cada vez será menor.

Demás está decir, que con estos atentados, la pobreza en el mundo y el calentamiento global pasaron a segundo plano en la agenda del G8. Y demás está decir, que en estas explosiones, murieron personas como tú o como yo, como las que viajaban desde la estación de Atocha, o como los inmigrantes ilegales que trabajaban en el World Trade Center, civiles inocentes, que no tienen la responsabilidad de las acciones de quienes tienen el poder político y económico.