jueves, 7 de julio de 2005

Londres Llama


Llegada a Santiago, bajo casi durmiendo del tren con Marcelo. Tomamos un taxi que sube por la Alameda, el taxista tiene colocada la Radio Bío-Bío, donde Moschatti habla de cómo ha bajado la bolsa y cuenta que todavía no se sabe cuántas fueron las explosiones, y que no se sabe si se suspende la reunión del G-8. London Calling. Sentimientos encontrados. Primero perplejidad y despúes rabia y tristeza de estar como espectadores de una guerra previsible en donde mueren inocentes que podríamos ser nosotros si una mañana a alguien se le ocurre bombardear (atacar con bombas) el Metro de Santiago. Esta guerra no la elegimos nosotros como no la eligieron los madrileños, neoyorquinos y londinenses -todas ciudades cosmopolitas que no pertenecen a ningun imperio ni nación- No la eligieron tampoco los musulmanes y latinos que viven en esas ciudades. Solidaridad con todos los ciudadanos del mundo, tanto los afectados directamente como los que lo serán perseguidos después, los inmigrantes inocentes que serán culpados en Europa... todos víctimas de un mundo que los iluminados quieren dividir en dos.

Me encantaría que hoy la rabia movilizara a los ingleses como movió a los españoles. No a la Guerra Santa de Bush y Bin Laden, y fuera los norteamericanos... ¡Fuera los soldados yankees de Bagdad! ¿Dónde está Attac?

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