miércoles, 10 de agosto de 2005

Y cuando nadie se lo esperaba...


Poco a poco la Justicia Chilena se va reivindicando con la Nación. Y eso, sin duda me pone contenta. Esta mañana, el juez Sergio Muñoz interrogó a la esposa y al hijo menor del dictador, para posteriormente ordenar su procesamiento y detención como cómplices del fraude tributario que ha cometido Pinochet con todas sus multimillonarias cuentas en el exterior.

Quizás para la opinión internacional, Lucia Hiriart no es un personaje relevante, pero nosotros los chilenos fuimos testigos por 17 años al menos, de su avidez por el poder, su arribismo, su codicia y su hipocrecía. O acaso, ¿No fue un acto hipócrita el que ocurrió hace más de treinta años atrás, cuando Lucía fue a entregarle un ramo de flores a la entonces esposa del Comandante en Jefe del Ejército, Sofía Cuthbert, la noche en que éste debió dejar su cargo por presiones de los militares? No olvidemos que unos meses después del golpe, Sofía y su esposo Carlos volaban hechos pedazos en una calle de Buenos Aires... por órdenes del supremo jefe de la DINA.

Nadie puede olvidar tampoco el famoso CEMA Chile, que en los ochenta logró instalarse en las poblaciones más modestas del país para hacerle propaganda a la dictadura, para después en los noventa, pasar a ser parte del patrimonio personal de Lucía...

No creo que el Juez Muñoz tenga la atribución de procesarla también como cómplice de alta traición, pero no sería mala idea. No podemos olvidar que detrás de la firma del dictador en la conjura, estuvo ella... ansiosa... deseosa de ser la reina de Chile... porque eso fue lo que trató de ser... cuando no era más que una ladrona, y sigue siendo una simple y ordinaria ladrona.

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