jueves, 6 de octubre de 2005

Ojo con la gula


Me he quedado pensando en esto de la gula -uno de los siete pecados capitales según los católicos- a propósito de la extrañísima pelea entre una pitón y un cocodrilo en un parque nacional de Florida. Fue un duelo de gigantes, el cocodrilo medía 2 metros y la pitón casi cuatro. El asunto es que la pitón se trató de comer al cocodrilo y cuando estaba en eso... Pum ¡Explotó!

Parece una noticia absurda (pero salía hoy en los titulares de los dos matutinos más importantes) pero no es taaan absurda. Es más, deja una moraleja. Si tratas de comer demasiado, probablemente te irá mal. Es bastante evidente en verdad la moraleja, pero algunos aún no logran entenderla. Especialmente algunos empresarios golosos, que por querer aumentar sus producciones, terminan cerrando la fábrica por genocidio de cisnes... o aquellos que por tratar de abrir nuevos mercados a punta de tráfico de influencias hoy enfrentar complejos procesos judiciales... es la gula empresarial.

Y qué decir de la gula política -no deja de ser literal la frase, si observamos las panzas de ¿nuestros? representantes en el parlamento, después de tantas cenas y homenajes- por seguir ganando la dieta (ja!) no hay descaro alguno en presentarse por regiones y distritos que con suerte, recorrieron o sobrevolaron camino hacia otra parte. Pero ese tema nadie lo logra instalar con fuerza. Las voces de las regiones se escuchan muy bajito. Además del asunto de la validez de las firmas debería importar, a la hora de inscribirse, los años de residencia -real y comprobable- en las diversas ciudades y regiones a representar.

Esta vez ya no fue posible, pero algo habrá que hacer para parar la gula... ¿O vendrá el día en que estos golosos exploten?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que curioso. Hoy mi suegro me hablaba exactamente de esta misma moraleja. Me decía que lo quería subir a su blog, y justo estábamos hurgueteando en internet y nos encontramos con tu blog. Mi suegro sufrió una especie de shock y se fue. Así que yo te escribo en su lugar, adhiriéndome a tu comentario. Respecto de los políticos, la verdad es que he perdido la capacidad de impresión. Hoy iba por la calle y me topo con una imagen de Girardi vestido de médico, con fonendo y todo. ¡¡¡Si nunca ejerció la medicina!!! Esa foto induce a engaño. Los descaros llegan a cosas realmente increíbles.