miércoles, 27 de junio de 2007

Globalización, Desarrollo e Innovación: De temores y desafíos

La Globalización, y la meta de ser un País Desarrollado en este contexto, nos impone múltiples y mayores desafíos, frente a los cuales hay dos posibles caminos: ¿Seremos temerosos y conservadores, esperando que los cambios lleguen a nosotros sin hacer mayores gastos? ¿O seremos osados e innovadores, asumiendo las inversiones que se requieren y los cambios económicos, sociales y culturales que conllevará el proceso?
Camino a mi oficina, el taxista –un microempresario- me contaba que siempre peleaba con los conductores de sus otros móviles, porque por lo general, éstos esperaban que los clientes se acercaran al paradero, sin siquiera pensar en salir a buscarlos y gastar bencina. Le señalé entonces, apropiándome de nuevos conceptos, que Chile tenía todas las condiciones para convertirse en un país desarrollado, salvo por el tema de la productividad y la innovación, que es justamente lo que hace la diferencia en el PIB de los países.

Pero me quedé pensando seriamente si acaso nosotros, como país, nos estábamos quedando como esos taxistas, esperando que nos lleguen los pasajeros (los inversionistas, las innovaciones tecnológicas, el crecimiento), sin siquiera salir a buscarlos a la esquina, para no tener que gastar.

Y es que pareciera ser que ciertos temas macroeconómicos se ponen de moda de cuando en cuando. Hace algunos meses, todo el mundo hablaba de la pésima distribución del ingreso (Cómo olvidar aquellas memorables palabras de Felipe Lamarca) y hoy parece que todo el mundo habla sobre lo que hay que hacer en materia de productividad, competitividad e innovación. El fin de semana logré contar siete columnas de opinión y artículos relacionados, sólo en La Tercera y El Mercurio. Me concentraré en tres aspectos mencionados en la prensa, que me parecen de alto interés para la temática.

Lo primero tiene que ver con la necesidad de una Política Nacional para la Ciencia y la Tecnología. No basta con el CONICYT –y mi peor sospecha- no basta con el Consejo de Innovación de Eyzaguirre. Más bien se necesita un gran “Acuerdo País” que incluya a todos los sectores, al estilo de lo que contaba Lavín el día domingo con respecto a su visita a Irlanda, y donde tengan cabida todos los actores relevantes, con compromisos y metas claras: Las universidades, los estudiantes, los economistas, los empresarios e inversionistas, los trabajadores, el Estado en sus niveles central y regional, etc.

Aunque suene como una perogrullada, el primer paso consiste en que todos los sectores políticos y sociales –y no sólo una pequeña élite en una comisión- coincidan en el desafío que impone convertirse en país desarrollado, y el rol que juega la Ciencia y Tecnología –I+D en otras palabras- en la Productividad y la Innovación para la Competitividad. A mi juicio, éste es aún un desafío pendiente.

Lo segundo, tiene que ver con el Cambio Cultural. Un país desarrollado cuenta con una mirada que sostiene el crecimiento, que estimula la competitividad, que es crítica del statu quo, y que busca nuevas soluciones o mejora las existentes. Y la pregunta es ¿Nuestros niños, niñas y jóvenes están aprendiendo en esta perspectiva? A mi juicio hay esfuerzos, pero también hay grupos de interés que intentan detener ciertos procesos de autonomía, reflexión e incluso capacidad de emprendimiento en las mentes jóvenes, básicos para dar el salto que soñamos.

En este sentido, no puedo dejar de mencionar el estudio de María de la Luz Domper, de LyD, que plantea una preocupación por la visión socialista que los libros utilizados en octavo básico y cuarto medio estarían entregando a los jóvenes con respecto a la Globalización, sólo porque aparecen textos que evidencian las tensiones de este proceso multidimensional. Ojo, que dos de las habilidades culturales necesarias para la Globalización y la Hipermodernidad (En palabras de Lipovetsky) son el pensamiento crítico y la reflexividad.

Un tercer punto que quisiera tocar tiene que ver con la diferencia entre los procesos de diseño y ejecución de una política pública en torno a la innovación. Ya dejé entrever algo hace unos párrafos sobre mi temor a que esta política no cuaje como debiera. Una política de innovación tiene que ser lo suficientemente compleja y completa, pero al mismo tiempo sencilla y clara como para que pueda ser operativizada –es decir, ejecutada- rápidamente.

Me preocupa en este caso, que los resultados del Consejo Nacional de Innovación, en tanto órgano asesor, hayan devenido en la creación de un Comité Gubernamental de Innovación para la Competitividad, un consejo de ministros encargado de la ejecución, que, sospecho, generará nuevas oficinas de asesoría en cada ministerio para encargarse del tema, burocratizando al máximo un proceso que –en mi opinión- debe contar con el máximo de participación pero sólo una cabeza liderando, por parte del Estado. Como desafío para esta política, nos vendría bien cortar con la Navaja de Occam, o como dicen los norteamericanos “Keep it small and simple”.

De los múltiples aspectos que implica la Innovación, sólo he esbozado tres: La necesidad de acuerdos-país en torno a I+D, el desafío de generar Habilidades Culturales para la Globalización y el contar con políticas públicas eficaces y eficientes en la materia.

Sin embargo, la Globalización, y la meta de ser un País Desarrollado en este contexto, nos impone múltiples y mayores desafíos, frente a los cuales hay dos posibles caminos: ¿Seremos temerosos y conservadores, esperando que los cambios lleguen a nosotros sin hacer mayores gastos? ¿O seremos osados e innovadores, asumiendo las inversiones que se requieren y los cambios económicos, sociales y culturales que conllevará el proceso?

1 comentario:

RDaneel dijo...

Interesante artículo.
La apertura a mi juicio tiene también un componente geográfico no despreciable. No estamos acostumbrados a la apertura, porque estamos cerrados por todas partes. Creo que las comunicaciones ayudan de gran manera a intercambiar visiones y voluntades, peo que el roce físico (por llamarlo de alguna forma) no se puede reemplazar. Aún así, podemos hacer cosas, en eso estoy de acuerdo, pero nuestro esfuerzo será doble, ya que debemos avanzar, quebrando nuestra propia estructura aislada.
Te dejo mi blog, para que lo veas si gustas.http://rgiskar.blogspot.com/
Muy buen artículo.
Saludos