De las (In)Seguridades Ciudadanas a las Nuevas Formas de Fascismo Urbano

'Para nosotros, el 'flaite' es el delincuente juvenil,

que anda en grupo, que habla mal y que se viste también de una manera particular'

RODRIGO GONZALEZ

PERIODISTA

Hace algunos días detonó el conflicto . Un animador de "Máximo Volumen", programa radial "juvenil" que se transmite diariamente en Radio Carolina creó una sección denominada "Piteate un Flaite" en donde llamaba a hacer frente a los jóvenes de sectores populares que trabajan cuidando autos a los jóvenes GCU, o mejor dicho GCC, (Gente Como González), que van a divertirse cotidianamente en sus autos a los centros de diversión nocturna de Santiago. Resultado: un rápido efecto de bola de nieve que hace que se multiplique su propuesta a niveles inusitados que hacen avergonzarse hasta la prensa de otros países como España y Argentina.

Buscando en Internet pistas de los organizadores del cuento, encontramos con horror sitios con una larga trayectoria de propuestas que plantean no sólo "pitearse a un flayte" sino "piteate un peruano". Pero para ser franco este nuevo fascismo urbano no es más que la manifestación más patente y simbólica de que algo anda mal en nuestra sociedad después de una década de construcción de simulacros de ciudadanía, de "ciudadanía simulada" a los cuales se denomina y marketea como "seguridad ciudadana". Así lo testimonian las declaraciones de Gonzaléz que cuenta que se le ocurrió el segmento "luego de ver tanto reportaje sobre delincuentes en las noticias" lo que constata como esta discutible - y a la vez poco discutida- forma de observar la sociedad genera y construye realidad, creando formas de violencia urbana que son "autorizadas" y "validadas" como iniciativas de "autodefensa de la ciudadanía" en contra de una delincuencia urbana que adquiere forma simbólica en la demonización de lo popular.

Cabe señalar que este fenómeno no es nuevo en Chile, historiadores como Salazar nos informan que en el siglo XIX parte de la oligarquía se divertía en términos similares a los que plantea la cruzada de la radioemisora, en los códigos y términos de la época, jóvenes de le elite se divertían y marcaban la distancia social con los jóvenes gañanes que trabajan en la Hacienda "palomeando rotos", disparándoles como si fueran palomas.

Hoy el "roto" adquiere el rostro de un personaje urbano, "el flayte" imagen del joven popular construida a partir de los temores y miedos ya no de una oligarquía sino de la emergente clase media que nos legó la Dictadura, la "familia" de los que como González se auto-organizan en una nueva forma de expresión ciudadana (*) para defender, en palabras del aludido, a la "gente joven que está chata de que la asalten en los carretes o la salida del colegio."

(*) Es tal el sentimiento de legitimidad de la "cruzada", que la radio aludida, al suspender en forma obligada el programa, ni siquiera se arruga para aclararnos que esto es un lamentable malentendido, una susceptibilidad de los querellantes, los indignados "ciudadanos flaytes" , ya que no se trata de un acto de discriminación sino de todo lo contrario, un acto solidario, de defensa ciudadana:
"la única intención de la referida iniciativa programática era solidarizar y hacerse parte de la inquietud de los jóvenes frente al fenómeno de la delincuencia juvenil. En un contexto de humor, sólo se ha pretendido repudiar conductas violentas y antisociales propias de los delincuentes y solidarizar con sus víctimas, es decir, con la gran mayoría de los jóvenes de nuestro país."

Recomiendo Artículo de León Ramirez Chile Fascista, periodista joven que en su blog aborda también como fascismo esta nueva forma de discriminación urbana.

Ver artículo "Píteate un Platón"